Soy Walter Mauricio Robles Rosales, abogado peruano, Profesor Principal de la Facultad de Derecho y Ciencia Política de la UNFV, especializado en Derecho Constitucional y Ciencia Política en pre grado y en las mestrías y doctorado.
Director de la Escuela Profesional de Derecho de la UNFV desde enero del 2011 hasta la actualidad. En este Blog, usted podrá encontrar artículos, ensayos y trabajos de investigación sobre Derecho Constitucional, Derechos Humanos, Derecho Administrativo, Ciencia Política, Conciliación, entre otros. Mediante esta página web pongo a disposición de todas las personas mis trabajos, asi como los comentarios de análisis político que realizo a través de diferentes medios de comunicación y eventos académicos que se llevan a cabo en mi país.
martes, 6 de octubre de 2009

PostHeaderIcon El desarrollo humano y la erradicación de la pobreza

Uno de los más importantes objetivos de toda sociedad democrática es, sin duda, el desarrollo humano. ¿Pero qué es el desarrollo humano? Este es un concepto acertadamente expresado desde 1998 por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo Humano (PNUD), definiéndolo como el proceso de expansión de las capacidades y derechos dentro de un marco de igualdad de oportunidades en el cual todas las personas progresen en libertad. Así pues el Desarrollo Humano (DH) es un proceso permanente en el que al progresar una persona al mismo tiempo deben progresar todas.

Para que se dé el DH es necesario un Estado social y democrático de derecho donde se fomente la igualdad de oportunidades y en donde la libertad sea fundamental para que la personas decidan su vida y su destino, sin ataduras ni cortapisas que la constriñan. Vale decir, el desarrollo humano al trascender el progresismo individual alcanza al colectivo social.

Muchas veces se confunde el desarrollo humano con sus índices los cuales son sus componentes como la educación, la salud, los ingresos, etc. El desarrollo humano busca que las personas tengan mejor educación, un trabajo digno, mejor calidad de vida, una mayor esperanza de vida, una vejez decorosa. Y para ello se requiere no sólo crecimiento económico, sino también justicia social, vale decir, productividad pero con equidad,

Cierto que esta es una gran aspiración, pero no es una utopía. Y la prueba la ofrecen aquellos pueblos que con sacrificio, una clase política inteligente y responsable, con calidad de estadistas han construido en sus sociedades, un contexto de satisfacción de las necesidades básicas del ser humano y han logrado bienestar. A diferencia de la propuesta marxista, el desarrollo humano no considera al ser humano como un medio o instrumento de producción sino como un fin en sí mismo. En consecuencia se requiere expandir la capacidad humana de la persona y del colectivo para que en un contexto de libertad democrática, éste pueda decidir el modo de vida que considere valioso y tener un desempeño acorde como persona humana.

Desde esta perspectiva, en el Perú, el gran desafío que tenemos es el de derrotar a la pobreza y a la pobreza extrema y sus gravísimas secuelas: desigualdad, analfabetismo, alta tasa de mortalidad infantil, remuneraciones bajas, salud precarizada, inseguridad ciudadana, entre otras. Las cifras sobre cada uno de estos sectores, son deprimentes. Por ejemplo, la pobreza, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en el año 2006, llegaba al 44, 5%, y la pobreza extrema, al 16, 1%, siendo la sierra rural la más afectada. Asimismo, el Indice del Desarrollo Humano (IDH) que es un indicador aceptado internacionalmente, cuya propuesta es el de introducir un indicador resumen con tres componentes: la extensión de la vida (o la esperanza de vida), el logro educativo (la tasa alfabetizada de adultos y la tasa de escolaridad de la población), y el del acceso a recursos, han graficado los niveles de progreso social por regiones, por departamentos y por distritos.