martes, 26 de enero de 2010
La juventud y su responsabilidad histórica
8:05 | Publicado por
Walter Mauricio Robles Rosales |
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Hoy martes 26 de enero de 2010 reiniciamos nuestras inquietudes periodísticas en Radio Latina que mi buen amigo Henry Marcos me permite, sin ninguna limitación, salvo las reglas de ética y de los valores que rigen nuestra conducta.
En esta reiniciación merece que hagamos un comentario sobre nuestra juventud. Y cuando hablamos de la juventud, hacemos referencia a la juventud peruana, latinoamericana, cuyos problemas son similares, pero sin dejar de tener en cuenta el contexto de globalización al cual él está muy atento, y es blanco de ideas y propuestas innovadoras, desde la perspectiva de un capitalismo moderno o de un socialismo renovado. O es la cultura mundial que se le presenta con seductoras tecnologías y estilo que lo aproximan a cualquier país o a cualquier sociedad por muy lejana que aparentemente esté.
El joven peruano, sobre todo el urbano, es un joven insertado a la cultura del mundo. El joven pegado a la computadora ve desfilar ante sus ojos imágenes y escuchar sonidos que al principio lo sorprende y le parece extraño, pero que luego van a formar parte de su acervo conceptual de las cosas, de la sociedad del mundo.
En el Informe elaborado por el PNUD “Los jóvenes en el Perú: la democracia imaginada” (2008) se confirma que el joven urbano se halla en la intersección de dos grandes esferas, la educación y el trabajo. Pero para el joven de la selva y de la sierra, ambas esferas son bastantes cerradas y de insuficiente oportunidad. Sus aspiraciones se dan entre la escuela básica y las tareas agrícolas. No hay opciones que escoger. Pero también en las grandes ciudades como Lima, Arequipa, Ayacucho, entre otras, encontramos niñas, niños y adolescentes, en situación de calle, con el agravante de que desde los 13 años de edad el niño se inicia con el consumo de drogas. Miren uds. CEDRO, en un estudio realizado con 1572 escolares de Lima, entre 15 a 19 años de edad, que tienen problemas con el uso y abuso de drogas, arrojó que el 54% de ellos consume marihuana y que el 20,4% de los estudiantes consigue esta y otras sustancias ilícitas en su propio centro educativo o en los alrededores.
Es cierto que la mayoría de la juventud va constatando carencias y necesidades que lo inquieta, los más inconformes emigran a la periferia de las ciudades, y van recreando su contexto cultural, su visión del mundo, definiendo una forma de comportamiento y de expresión marginal que va rompiendo tradicionales esquemas, y que luego penetran a otro segmentos sociales, renovando el viejo sistema.
En el Perú, la mayoría de la población joven es pobre. Por ejemplo, en el Informe “Invertir en la adolescencia y juventud en el Perú: oportunidades y desafíos” publicado por la ONU, en un valioso estudio realizado por la Población de las Naciones Unidad, PNUD, nos presenta conclusiones que aún siguen vigentes:
En esta reiniciación merece que hagamos un comentario sobre nuestra juventud. Y cuando hablamos de la juventud, hacemos referencia a la juventud peruana, latinoamericana, cuyos problemas son similares, pero sin dejar de tener en cuenta el contexto de globalización al cual él está muy atento, y es blanco de ideas y propuestas innovadoras, desde la perspectiva de un capitalismo moderno o de un socialismo renovado. O es la cultura mundial que se le presenta con seductoras tecnologías y estilo que lo aproximan a cualquier país o a cualquier sociedad por muy lejana que aparentemente esté.
El joven peruano, sobre todo el urbano, es un joven insertado a la cultura del mundo. El joven pegado a la computadora ve desfilar ante sus ojos imágenes y escuchar sonidos que al principio lo sorprende y le parece extraño, pero que luego van a formar parte de su acervo conceptual de las cosas, de la sociedad del mundo.
En el Informe elaborado por el PNUD “Los jóvenes en el Perú: la democracia imaginada” (2008) se confirma que el joven urbano se halla en la intersección de dos grandes esferas, la educación y el trabajo. Pero para el joven de la selva y de la sierra, ambas esferas son bastantes cerradas y de insuficiente oportunidad. Sus aspiraciones se dan entre la escuela básica y las tareas agrícolas. No hay opciones que escoger. Pero también en las grandes ciudades como Lima, Arequipa, Ayacucho, entre otras, encontramos niñas, niños y adolescentes, en situación de calle, con el agravante de que desde los 13 años de edad el niño se inicia con el consumo de drogas. Miren uds. CEDRO, en un estudio realizado con 1572 escolares de Lima, entre 15 a 19 años de edad, que tienen problemas con el uso y abuso de drogas, arrojó que el 54% de ellos consume marihuana y que el 20,4% de los estudiantes consigue esta y otras sustancias ilícitas en su propio centro educativo o en los alrededores.
Es cierto que la mayoría de la juventud va constatando carencias y necesidades que lo inquieta, los más inconformes emigran a la periferia de las ciudades, y van recreando su contexto cultural, su visión del mundo, definiendo una forma de comportamiento y de expresión marginal que va rompiendo tradicionales esquemas, y que luego penetran a otro segmentos sociales, renovando el viejo sistema.
En el Perú, la mayoría de la población joven es pobre. Por ejemplo, en el Informe “Invertir en la adolescencia y juventud en el Perú: oportunidades y desafíos” publicado por la ONU, en un valioso estudio realizado por la Población de las Naciones Unidad, PNUD, nos presenta conclusiones que aún siguen vigentes:
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