sábado, 22 de diciembre de 2012
EXPERIENCIA
14:30 | Publicado por
Walter Mauricio Robles Rosales |
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EXPERIENCIA
Por Walter Robles Rosales
Quedosé quieto
como anclado al fondo de la tierra
paladeando barro
y explorando piedras y polvos.
vió su propio surco
sin raíces mordidos de sol
y quiso extender sus flacos brazos
que se le iban sin arreos
para arañar ternuras crucijadas.
Volvió su rostro
horadado de vientos humanos
sin saber del grano ni de la cosecha
y se empinó sobre sus cartílagos
obrados de fe.
La aurora vino lavando
con agua fresca
su rostro cincelado de agravios
obstaculizado de pómulos viejos hoscos
sonrío entonces como el valle
y cantó como al río en retorno.
Supe después que
cruzó quebradas inamovibles
que llegó a las jalcas desoladas desenredando
fosforescencias infinitas
que sintió el frío duro de las punas
orfandado de estaciones y que
comió el hambre de los días atónitos…
Ahora me creo
cuando hablo de los Hombres del Amor de la Revolución…
junio, 1982
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