Soy Walter Mauricio Robles Rosales, abogado peruano, Profesor Principal de la Facultad de Derecho y Ciencia Política de la UNFV, especializado en Derecho Constitucional y Ciencia Política en pre grado y en las mestrías y doctorado.
Director de la Escuela Profesional de Derecho de la UNFV desde enero del 2011 hasta la actualidad. En este Blog, usted podrá encontrar artículos, ensayos y trabajos de investigación sobre Derecho Constitucional, Derechos Humanos, Derecho Administrativo, Ciencia Política, Conciliación, entre otros. Mediante esta página web pongo a disposición de todas las personas mis trabajos, asi como los comentarios de análisis político que realizo a través de diferentes medios de comunicación y eventos académicos que se llevan a cabo en mi país.
sábado, 28 de mayo de 2011

PostHeaderIcon LOS GOLPES DE ESTADO Y EL ESTADO DEMOCRÁTICO

 martes  7 de julio de 2009
Radio Latina (Huacho)

LOS GOLPES DE ESTADO Y  EL ESTADO DEMOCRÁTICO

Por Walter Robles Rosales


A propósito del golpe de Estado  en la República de Honduras, donde los militares con la aprobación del Congreso  de la República,   el Poder Judicial de ese país de América Central,  se ha puesto en el tapete  del debate de la opinión pública en América Latina sobre  el  hecho político  que conocemos como “golpe de Estado”.

En primer lugar qué  es un golpe de Estado. Veamos, el Diccionario Ideológico de la Lengua Española (Julio Casares de la Real Academia Española. Editorial Gustavo Gile. Barcelona, 1985) nos dice que es una  “Medida grave y violenta de uno de los poderes del Estado, usurpando las atribuciones de otro”.

El Diccionario  de Uso Español  (de María Moliner, A.G., Editorial  Gredos S,A., Madrid, 1997), nos dice que el Golpe de Estado es una “Acción de apoderarse  violenta e ilegalmente  del gobierno de un país, algunos de los poderes del mismo, por ejemplo, el ejercito”

El Diccionario Anaya de la Lengua dice que es “Usurpación del poder por parte  de un grupo”.

El Diccionario de la Real Academia Española,  preceptúa que el golpe de Estado es una “Actuación violenta  y rápida, generalmente por fuerzas militares o rebeldes, por la que un grupo determinado  se apodera o intenta apoderarse  de los resortes del gobierno de un Estado,  desplazando a las autoridades existentes”.

El constitucionalista argentino Bidart  Campos  en su Lecciones Elementales de Política (p.  451, Editorial Grigley, Lima, 2002) sostiene que “El golpe de  Estado se detiene y localiza  en un mero cambio del elenco gobernante; es también violento, pero no cambia al régimen  en sí mismo, sino destituye  a los titulares del poder y los reemplaza por otros”.
 
Lo cierto es que el golpe de Estado o gobierno de facto,  es la captura del poder político de una manera ilegal, violenta y repentina por parte de un grupo de poder, quebrantando la legalidad institucional y la legitimidad de la  voluntad popular El golpe de Estado  siempre es realizado por un grupo  minoritario organizado, con un objetivo, provocado intencionalmente, sustituyendo autoridades o generando un cambio del régimen político, suspendiéndose las  garantías constitucionales  y  poniendo a su servicio los demás poderes del Estado  y  los medios de comunicación.

El  golpe de Estado que ha derrocado a Manuel Zelaya  ha sido condenada por casi todos los países de América Latina. La Organización de los Estado Americanos (OEA),  ha  acordado aplicarle el artículo  21 de la Carta Democrática Interamericana  sancionando al país centroamericano  con la suspensión. Lo negativo es que la OEA  ha perdido credibilidad, pues  históricamente siempre  han convalidado  los golpes de Estado

Creo que la posición principista de todo ciudadano democrático  y  todo  grupo  político que se precie de democrático  es el de condenar  todo golpe de Estado, aún cuando  estamos informados  que Manuel Zelaya, pretendiendo seguir la ruta política del presidente venezolano Chávez, tenía la  ambición de instaurar un régimen de gobierno autócrata, vía un referéndum  y una  asamblea constituyente, que le conceda poderes   para gobernar monocráticamente, poniendo a  su servicio  el Congreso, el Poder Judicial, y por supuesto, los medios de comunicación, los cuales se dediquen solo a  lanzar aleluyas  a  todas sus acciones.

Un golpe de Estado  es un  retroceso  civil, político y económico.  La Constitución deja  de ser  la fuente  de todos los derechos y deberes ciudadanos.  Desaparece  todo tipo de control político.  La corrupción pudre  todos los actos administrativos, financieros  y políticos  llevados a cabo  por quienes manipulan el poder, convirtiéndose  en un gobierno de inmunidad  y de  impunidad. Algo más, todos los golpistas  han dejado el poder  con una  abultada  cuenta  de  ahorros, producto del robo  y del latrocinio.

Con el progreso de la Ciencia Política que ha depurado los conceptos, estoy de acuerdo  con el profesor  Bidart Campos  (p. 272)  cuando  afirma que la democracia  no es una mera forma de gobierno, es más bien una forma de Estado. La democracia  como forma de Estado sitúa al hombre dentro de la comunidad política en una  forma de convivencia libre, que asegure su dignidad, su libertad y sus derechos individuales. La democracia como forma de Estado presupone una forma y un estilo de vida, que es la convivencia humana en justicia y en libertad. El Estado es democrático cuando su poder  se ejerce en forma respetuosa y al servicio del bien común. Un Estado democrático es  inclusivo, solidario y de oportunidades para todos, especialmente,  con los sectores más débiles de la sociedad. Lo contrario a un Estado democrático es  el de Estado autoritario y el Estado totalitario.

En el Perú,  se han dado muchos golpes de Estado, y en el balance nuestra historia política, más  son los  Estados autoritarios  y de dictadura, las formas de Estado  con los cuales nos han  desgobernado. Desde entonces la persecución, los asesinatos y genocidios, la corrupción y el silencio cómplice, han caracterizado una forma de Estado cerrado  y arbitrario  en el manejo del poder político.  En 1992 se produjo el último golpe de Estado, y su desarrollo y final, es historia que ya todos conocemos.  De ahí que  el Estado democrático en  nuestro país es débil, como débiles son sus más importantes instituciones. Creo que el estadista  del siglo XXI, debe asumir su responsabilidad, contribuyendo desde la vertiente en que se encuentre, a fortalecerlo,  con el diálogo y la  mejor buena voluntad resolviendo los problemas  que por ser políticos afectan  a todos, gobernantes y gobernados. 

Eso explica nuestro rechazo y repulsa  a los golpistas de Honduras.  Y a quienes  deliberadamente,  acaso,  pretendan en el Perú provocar un golpe de Estado que nos conduzca  al  túnel  de la  corrupción y de la violencia. Pregunto ¿ La continuidad sistemática de  paros y huelgas con toma de carreteras y de aeropuertos, destrucción de bienes  públicos,  con muerte de 34  personas entre militares y civiles, amenazas, violencia y secuestro se pueden aceptar dentro de un Estado democrático ? Yo creo que no. Los paros y huelgas como canales de protesta y de queja son legítimos en un Estado democrático, pero  con violencia sistemática que genere inseguridad,  inestabilidad y zozobra pueden ser parte de un plan siniestro de crear un escenario propicio  para provocar un golpe de Estado ? 
 Si algo se aprende de la historia, es tomar  previsiones y denunciar cualquier  plan  u acto ominoso  que pretenda  arrojarnos a la aventura irresponsable y sangrienta de un  siniestro golpe de Estado.  Nuestra  democracia está en formación, es todavía adolescente, y puede ser fuerte y virtuosa en la medida en que todos los peruanos,  de todas las izquierdas y de todas las derechas, enfaticen y cultiven la tolerancia y el diálogo en la resolución de conflictos que hagan posible la gobernabilidad. Yo creo que  cualquier problema se resuelve, lo único que no tiene solución es la muerte. Pero se requiere firme y común voluntad  de proponer  ideas, razones y sentimiento de hacer  bien la cosa pública  en el marco del respeto a la persona humana. Necesitamos deponer intereses subalternos  y avanzar en la construcción de un Estado social y democrático de derecho

Desde “construcción ciudadana”, en Radio Latina,  gracias.

Lima, martes  7 de julio de 2009.

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