sábado, 28 de mayo de 2011
POR QUIÉN NO VOTARÉ
16:24 | Publicado por
Walter Mauricio Robles Rosales |
Editar entrada
POR QUIÉN NO VOTARÉ
Por Walter Robles Rosales
El escenario político peruano se ha remecido ante la irrupción de Ollanta Humala, quien encabeza la preferencia electoral para esta primera ronda eleccionaria del 10 de abril frente a los candidatos como Keiko Fujimori, el “cholo “ Toledo, PPKuczynki y Castañeda, los cuales se vienen disputando el ingreso a la segunda vuelta. Los observadores políticos comentan que un posible escenario entre Ollanta y Keiko, sin opción de una escogencia “racional,” sería mortal para la democracia. Más grato sería una confrontación entre Ollanta y cualesquiera de los otros, que en orden de prioridad serían Castañeda, Keiko, PPK y Toledo.
Los peruanos estamos atentos ante este hecho que se ha convertido en una película de suspenso al estilo de Alfred Hitchcok. Yo debo definir mi voto. Y después de analizar cada uno de esos escenarios y sus actores, afirmo por quién no votaría.
No votaría en el orden de las encuestas de quien tiene menos presencia a más preferencia:
No votaría por Castañeda porque como Alcalde de la más importante municipalidad del país, nunca dialogó ni escuchó a los vecinos que fueron afectados por la construcción de sus puentes, pistas, parques y avenidas. La chapa de “mudo” no es gratuita, obedece al mutis sistemático de un alcalde que como primera autoridad vecinal, hizo importantes obras que han modernizado Lima, pero poco o nada hizo por la seguridad ciudadana. Hoy en Lima, la pandilla es dueña y señora de las calles de los distritos, el delincuente trepa los muros de tu casa, ingresa a tu departamento que cuenta con guachimán y grabadora, irrumpe en las tiendas de concurrencia masiva, los marcas te arrebatan la vida por unos cuantos dólares. Zozobra y temor restañan los dientes todos los días. Como Presidente de la República , el estilo de gobernar sin dialogar sería catastrófico. Su gobernabilidad se resquebrajaría ante los conflictos sociales que la Defensoría del Pueblo ha anunciado.
No votaría por Keiko no sólo porque arrastra el activo y el pasivo del gobierno de su padre, sino porque entre sus técnicos, figuran los arquitectos del golpe de Estado de 5 de abril y los actores más mediáticos de un gobierno autocrático que corrompió a incautos funcionarios y congresistas. Nada ni nadie, a pesar de que pueda jurar y rejurar, nos garantiza un régimen ampliamente democrático. Y Keiko, identificándose plenamente con el gobierno fujimontesinista, exhibe orgullosa y cínicamente lo bueno, pero encubre los asesinatos, el narcotráfico y la venta de armas de quienes tuvieron responsabilidad de Estado.
No votaría por PPK, que no tiene nada de outsider ni de casto en política, al contrario es un viejo camaleón. Su paso por el aparato de poder es continuo y permanente. Su actividad privada ha estado vinculada estrechamente con responsabilidades gubernamentales. A veces como actor en primera fila, siendo ministro de energía y minas, de economía, presidente del Consejo de Ministros en los años 2001, 2004, 2005, o detrás de bambalinas, actuando como lobby, representante o asesor de poderosas transnacionales de la finanzas y banca de inversiones, muchas de las cuales, sostienen a los gobiernos en sus políticas perversas cuyos objetivos nunca fueron resolver problemas básicos como el de la educación, salubridad, empleo, vivienda, etc. El lobbysta pretende hacer un último servicio a sus patrones norteamericanos a los que tanto debe y jamás traicionaría. PPK es el típico candidato de los ricos, por los ricos y para los ricos.
No votaría por Toledo, de hábito y estilo bien norteamericano, personaje de confianza de la derecha financiera internacional y peruana, de las clases angurrientas de poder y satisfechas de bienestar. Y que ante tanta mediocridad de gobiernos, aparece como el más sabio de los gobernantes por haber logrado un clima de paz y estabilidad económica, con crecimiento sostenido. Pero lo que no se dice, sólo en voz baja, es que la tan mentada bonanza fue porque durante su gobierno nuestros minerales como el oro, la plata, el cobre, el zinc, repuntaron en los precios del mercado internacional. Toledo tuvo que no hacer nada, sólo dejar que el carro del gobierno se maneje con piloto automático. Y por supuesto nada chorreó, pero ni migajas, mientras que los grupos de poder interno se apropiaban de nuestros recursos e hiperganancias que las empresas mineras creen irrevisables, aunque la población y sus animales domésticos mueran lentamente bebiendo agua y aspirando aire contaminados, y sus tierras se conviertan en páramos infértiles, con el agravante de ser un mentiroso empedernido y dúctil a presiones que malean su personalidad volátil y contradictoria.
No votaría por Ollanta, porque no creo en su modelo político y económico que pretende imponernos al más puro estilo chavista, con cierre de diarios críticos, silencio y persecución de políticos opositores, referéndum para convocar a un nueva Constitución y Asamblea Constituyente en una cancha sin contendores calificados por que éstos han sido exiliados, encarcelados o fugados. Sus promesas no piensa cumplirlas en el marco de un Estado de derecho constitucional. Esa vía no es muy grata para su autoritarismo, del cual no ha hecho un deslinde categórico. Votar por el buen soldado, para conducir al país respetando los derechos fundamentales, es parte de una propaganda falaz. Además, sería negarse a sí mismo. Hoy se ha convertido en el reciclador de los viejos marxistas, leninistas, y demás expertos en la subversión y en el lío regional. Ha despertado desconfianzas. A quién le creo: al Ollanta del Plan de Gobierno, registrado en el JNE o al Ollanta de una mera declaración pletórica de oportunismo.
Finalmente, huelga decir lo siguiente: Quien más pierde en este proceso electoral es el Partido Aprista, porque es increíble que siendo el primer partido político peruano por su organización, la calidad de sus cuadros dirigenciales, masiva militancia y , porque en la coyuntura, debió haber cosechado los “éxitos” del gobierno aprista. No puede ser que el Partido de Haya de la Torre no dispute la presidencia de la república, ceda espacios en el próximo Congreso a la derecha más cavernaria de América Latina y al fracasado zurdismo vocinglero y se conforme sólo con pasar la valla del 5 % . Lástima, su debacle electoral es la prueba indubitable de una crisis interna que viene desde cuando el Gran Partido del Pueblo declinó ser el fiscal y contralor de un Poder Ejecutivo de angurria neoliberal.
En conclusión, mi voto no será en blanco sino nulo de toda nulidad en esta primera jornada. Salvo que en la segunda vuelta renazca la inteligencia y madurez que reclama el país.
Lima, 08 de abril de 2010.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario