viernes, 3 de junio de 2011
NI CON LOS BARRIOS ALTOS NI MADRE MÍA
23:01 | Publicado por
Walter Mauricio Robles Rosales |
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NI CON LOS BARRIOS ALTOS NI MADRE MÍA
Por Walter Robles Rosales
Este 05 de junio el pueblo soberano del Perú elegirá a su Primer Mandatario. Quien sea el depositario de la mayoría del voto popular, deberá tener el respeto que emana de la legitimidad y de la legalidad constitucional. Entonces los 20 millones de peruanos tendremos que cerrar filas para continuar creciendo económicamente pero con una decidida voluntad política de distribución de la riqueza y de inclusión de los más pobres.
Sin embargo, pregunto ¿Quién gane la Presidencia de la República será el bueno y quién pierda será el malo? ¿Los primeros, serán los inteligentes y los que pierden, los ignorantes? ¿Quién gane será reivindicado en sus errores, insanias y exabruptos y quien pierda será condenado y maldecido hasta el fin de su existencia?
En política el maniqueísmo no sólo es confrontación negativa sino que trae consigo consecuencias gravísimas de rencor, odio y separación. Y el Perú no está para esos tafetanes.
Ahora, en el presente escenario de la incertidumbre, el ciudadano elector deberá de optar entre Keiko u Ollanta, sin embargo, atisba la amenaza de un importante voto nulo, blanco o viciado. Cualquiera modalidad de votación, es un derecho fundamental que se respeta.
Ambos candidatos, nos han relatado sus vidas, proezas y milagros: caperucita roja nos señala que el lobo feroz es el otro.
Ambos no satisfacen en sus planes de gobierno: mientras el comandante se desdice y contradice, la congresista plantea sólo generalizaciones.
Ambos llevan consigo, así se dice, el pecado genético del violador: mientras que el padre ayacuchano se alzó a una humilde doméstica, el inquilino de la Diroes , violó a la señora Constitución.
Ambos, llevan el lastre del golpismo: Es cierto que ella no dio el golpe de Estado el 05 de abril del 92, pero está rodeado de unos de sus ilustres mentores como Jaime Yoshiyama, quien fuera Presidente de un llamado Congreso Constituyente Democrático que impuso tramposamente la Constitución de 1993; mientras que el febril comandante intentó un golpe de Estado el 01 de enero de 2005 contra el legítimo gobierno de Toledo.
Por eso y muchas cosas más, a ambos no les creo, no les tengo confianza, por lo tanto mi voto será NULO.
Sin embargo, no me atrevo a pedirle a mi prójimo que vote al igual que yo. No. Ni mucho menos adjetivaré de improperios a quien vote diferentemente. Sólo respetaré su decisión ciudadana de votar de acuerdo a su conciencia, porque mi formación democrática me lo impide, así como que igualmente me obliga a ejercer mi derecho a fiscalizar al gobernante de turno, a demandar el cumplimiento de sus propuestas, que sus actos de gobierno y de administración sean tranparentes, y por supuesto, continuar construyendo un Estado Social y Democrático de Derecho en el marco de la doctrina y principios de Haya de la Torre , sin el cálculo prebendario de un cargo en la administración pública.
Lima, 03 de junio de 2011.
sábado, 28 de mayo de 2011
LOS GOLPES DE ESTADO Y EL ESTADO DEMOCRÁTICO
17:34 | Publicado por
Walter Mauricio Robles Rosales |
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Por Walter Robles Rosales
A propósito del golpe de Estado en la República de Honduras, donde los militares con la aprobación del Congreso de la República , el Poder Judicial de ese país de América Central, se ha puesto en el tapete del debate de la opinión pública en América Latina sobre el hecho político que conocemos como “golpe de Estado”.
En primer lugar qué es un golpe de Estado. Veamos, el Diccionario Ideológico de la Lengua Española (Julio Casares de la Real Academia Española. Editorial Gustavo Gile. Barcelona, 1985) nos dice que es una “Medida grave y violenta de uno de los poderes del Estado, usurpando las atribuciones de otro”.
El Diccionario de Uso Español (de María Moliner, A.G., Editorial Gredos S,A., Madrid, 1997), nos dice que el Golpe de Estado es una “Acción de apoderarse violenta e ilegalmente del gobierno de un país, algunos de los poderes del mismo, por ejemplo, el ejercito”
El Diccionario Anaya de la Lengua dice que es “Usurpación del poder por parte de un grupo”.
El Diccionario de la Real Academia Española, preceptúa que el golpe de Estado es una “Actuación violenta y rápida, generalmente por fuerzas militares o rebeldes, por la que un grupo determinado se apodera o intenta apoderarse de los resortes del gobierno de un Estado, desplazando a las autoridades existentes”.
El constitucionalista argentino Bidart Campos en su Lecciones Elementales de Política (p. 451, Editorial Grigley, Lima, 2002) sostiene que “El golpe de Estado se detiene y localiza en un mero cambio del elenco gobernante; es también violento, pero no cambia al régimen en sí mismo, sino destituye a los titulares del poder y los reemplaza por otros”.
Lo cierto es que el golpe de Estado o gobierno de facto, es la captura del poder político de una manera ilegal, violenta y repentina por parte de un grupo de poder, quebrantando la legalidad institucional y la legitimidad de la voluntad popular El golpe de Estado siempre es realizado por un grupo minoritario organizado, con un objetivo, provocado intencionalmente, sustituyendo autoridades o generando un cambio del régimen político, suspendiéndose las garantías constitucionales y poniendo a su servicio los demás poderes del Estado y los medios de comunicación.
El golpe de Estado que ha derrocado a Manuel Zelaya ha sido condenada por casi todos los países de América Latina. La Organización de los Estado Americanos (OEA), ha acordado aplicarle el artículo 21 de la Carta Democrática Interamericana sancionando al país centroamericano con la suspensión. Lo negativo es que la OEA ha perdido credibilidad, pues históricamente siempre han convalidado los golpes de Estado
Creo que la posición principista de todo ciudadano democrático y todo grupo político que se precie de democrático es el de condenar todo golpe de Estado, aún cuando estamos informados que Manuel Zelaya, pretendiendo seguir la ruta política del presidente venezolano Chávez, tenía la ambición de instaurar un régimen de gobierno autócrata, vía un referéndum y una asamblea constituyente, que le conceda poderes para gobernar monocráticamente, poniendo a su servicio el Congreso, el Poder Judicial, y por supuesto, los medios de comunicación, los cuales se dediquen solo a lanzar aleluyas a todas sus acciones.
Un golpe de Estado es un retroceso civil, político y económico. La Constitución deja de ser la fuente de todos los derechos y deberes ciudadanos. Desaparece todo tipo de control político. La corrupción pudre todos los actos administrativos, financieros y políticos llevados a cabo por quienes manipulan el poder, convirtiéndose en un gobierno de inmunidad y de impunidad. Algo más, todos los golpistas han dejado el poder con una abultada cuenta de ahorros, producto del robo y del latrocinio.
Con el progreso de la Ciencia Política que ha depurado los conceptos, estoy de acuerdo con el profesor Bidart Campos (p. 272) cuando afirma que la democracia no es una mera forma de gobierno, es más bien una forma de Estado. La democracia como forma de Estado sitúa al hombre dentro de la comunidad política en una forma de convivencia libre, que asegure su dignidad, su libertad y sus derechos individuales. La democracia como forma de Estado presupone una forma y un estilo de vida, que es la convivencia humana en justicia y en libertad. El Estado es democrático cuando su poder se ejerce en forma respetuosa y al servicio del bien común. Un Estado democrático es inclusivo, solidario y de oportunidades para todos, especialmente, con los sectores más débiles de la sociedad. Lo contrario a un Estado democrático es el de Estado autoritario y el Estado totalitario.
En el Perú, se han dado muchos golpes de Estado, y en el balance nuestra historia política, más son los Estados autoritarios y de dictadura, las formas de Estado con los cuales nos han desgobernado. Desde entonces la persecución, los asesinatos y genocidios, la corrupción y el silencio cómplice, han caracterizado una forma de Estado cerrado y arbitrario en el manejo del poder político. En 1992 se produjo el último golpe de Estado, y su desarrollo y final, es historia que ya todos conocemos. De ahí que el Estado democrático en nuestro país es débil, como débiles son sus más importantes instituciones. Creo que el estadista del siglo XXI, debe asumir su responsabilidad, contribuyendo desde la vertiente en que se encuentre, a fortalecerlo, con el diálogo y la mejor buena voluntad resolviendo los problemas que por ser políticos afectan a todos, gobernantes y gobernados.
Eso explica nuestro rechazo y repulsa a los golpistas de Honduras. Y a quienes deliberadamente, acaso, pretendan en el Perú provocar un golpe de Estado que nos conduzca al túnel de la corrupción y de la violencia. Pregunto ¿ La continuidad sistemática de paros y huelgas con toma de carreteras y de aeropuertos, destrucción de bienes públicos, con muerte de 34 personas entre militares y civiles, amenazas, violencia y secuestro se pueden aceptar dentro de un Estado democrático ? Yo creo que no. Los paros y huelgas como canales de protesta y de queja son legítimos en un Estado democrático, pero con violencia sistemática que genere inseguridad, inestabilidad y zozobra pueden ser parte de un plan siniestro de crear un escenario propicio para provocar un golpe de Estado ?
Si algo se aprende de la historia, es tomar previsiones y denunciar cualquier plan u acto ominoso que pretenda arrojarnos a la aventura irresponsable y sangrienta de un siniestro golpe de Estado. Nuestra democracia está en formación, es todavía adolescente, y puede ser fuerte y virtuosa en la medida en que todos los peruanos, de todas las izquierdas y de todas las derechas, enfaticen y cultiven la tolerancia y el diálogo en la resolución de conflictos que hagan posible la gobernabilidad. Yo creo que cualquier problema se resuelve, lo único que no tiene solución es la muerte. Pero se requiere firme y común voluntad de proponer ideas, razones y sentimiento de hacer bien la cosa pública en el marco del respeto a la persona humana. Necesitamos deponer intereses subalternos y avanzar en la construcción de un Estado social y democrático de derecho
Desde “construcción ciudadana”, en Radio Latina, gracias.
Lima, martes 7 de julio de 2009.
LA LECCIÓN DE BAGUA
16:45 | Publicado por
Walter Mauricio Robles Rosales |
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Radio Latina de Huacho.
Programa: “10 minutos don Walter Robles”
Martes, 8 de junio de 2010.
Pág. web: www.constitucionalrobles.com
Por Walter Robles Rosales
El 05 de junio se recordó el triste y lamentable suceso ocurrido en la provincia de Bagua, ubicada en el departamento de Amazonas, donde murieron hace exactamente un año, 34 personas -25 policías y 9 indígenas- en medio de un conflicto social, que desembocó en un cruce de balas y piedras. Allí se produjo la confrontación entre el odio y la desconfianza, el desprecio y la rebeldía, la sordera y la demagogia. Allí venció la muerte sobre la vida.
Bagua es ahora una marca de fuego que lleva en la frente una clase política que todavía disfraza su incapacidad y soberbia con remilgos. Yo no veo un mea culpa honesto que reconozca errores que los cometieron en abundancia los involucrados pletóricos de inmadurez e irresponsabilidad. Y lo que es grave, no se advierte que las broncas justas de los pueblos nativos aún están latentes, que sus problemas todavía no tienen solución, mientras se espera indolentemente que el tiempo restañe las heridas abiertas.
El Estado tiene que darse cuenta que la deuda que tiene con los pueblos amazónicos y serranos es una deuda, que más tarde o más temprano se tiene que saldar. Pero que esta deuda se salde con políticas públicas eficientes donde el niño, el joven, la madre, el hombre común y corriente tengan acceso a la salud, a la educación, a la vivienda, al trabajo, a la alimentación, a los servicios básicos como electricidad y agua, como todo ciudadano peruano, común y corriente, que aspira a formar una familia decorosa y vivir con dignidad.
Pero si el Estado pretende no saldar esta deuda histórica, entonces no habrá paz, ni seguridad ni convivencia armoniosa.
Creo que no se puede eludir este compromiso social, económico, cultural, legal, que compete sobre todo a la clase política que gobierna o aspira a gobernar. Y esa es la lección que extraemos de la tragedia dolorosa de Bagua, que nos hiere personalmente en el corazón y llena de vergüenza no tan ajena.
Yo no puedo aceptar que algunos ministros, como el inefable Ministro de Agricultura, Adolfo Córdova y cierta prensa mercenaria se coludan para atribuirle exclusivamente toda culpa de los sucesos de Bagua a los dirigentes nativos como Pizango, clamando severo castigo. Este Ministro ha publicado alegremente un Comunicado el día 06 de junio del presente, en los diarios de circulación nacional, donde no hay ninguna línea de reconocimiento de errores, todo lo contrario, se ufana de haber realizado intensos diálogos, frecuentes reuniones y el haber elaborado una Propuesta Nacional de Desarrollo Amazónico, que nadie conoce. Lamentablemente hay individuos fariseos que por su conducta se muestran como uno de esos especímenes que sólo ven los hechos en blanco y negro, y consecuentemente, suelen proponer políticas con perfiles que sólo benefician a sus héroes excluyendo a supuestos villanos sobre quienes debe caer todo el peso de la ley. Políticos cegatones como el aludido inducen a gobiernos a desbarrancarse en otras curvas del diablo.
Para nadie es un secreto la ineptitud de políticos y militares de alta graduación por la desidiosa forma en que abordaron el conflicto que se venía gestando, por lo menos, desde un año atrás y que la Defensoría del Pueblo venía advirtiendo reiteradamente. Y nadie la escuchó.
El Congreso con pretextos insulsos evadía el debate de derogatoria de los decretos legislativos que afectaban los derechos fundamentales de los reclamantes y aprobar un proyecto de ley que ellos proponían. Y que en todo caso, se hubiera podido mejorar con participación de todos. Pero los parlamentarios de oposición se dejaron arrastrar por la fácil demagogia mientras que los oficialistas caían en la trampa de la terquedad. La torpeza y la obstinación se aliaron para preparar el camino de la confrontación mortal.
Los dirigentes nativos haciendo gala de infantilismo clamoreaban insurgencia popular, exponiendo vidas inocentes a la vorágine tribal del “gana gana”.
Ahora las muertes son irreparables, el dolor no desaparecerá, y aunque el llanto se seque, Bagua siempre será una cruz donde el peruano nativo o policial fue sacrificado en la impunidad de una sarta de imperturbables ineptos que arguyen no tener culpa alguna.
El Estado, y especialmente el gobierno, deben escuchar en la búsqueda de políticas que articulen intereses y sentimientos, y luego hacer. Escuchar con humildad del viejo sabio para saber y conocer qué es lo que aman y anhelan, atender diligentemente sus reclamos, compartir su visión, su identidad, su cultura, su tradición, y descubrir la clave del desencuentro entre el Estado y los pueblos originarios abriendo un diálogo de reconocimiento de que las partes reconocen el derecho a la igualdad.
Pero fundamentalmente hacer, es decir, las promesas se realicen, las políticas se efectivicen, los objetivos se cumplan, y dando espacio de participación y representatividad política en los niveles municipal, regional y nacional, a los pueblos originarios que también tienen derecho a gobernar a su país restaurando inequidades históricas. De ninguna manera se les puede ningunear el derecho fundamental de elegir y ser elegidos. Ellos también tienen derechos civiles, económicos y políticos.
El Estado tiene que bajar el mentón y sentarse para dialogar y ponerse de pie para hacer. No es a la viceversa.
Y que conste que aún estamos a tiempo. Que no se abuse de la paciencia de los pueblos porque todos quieren paz en sus hogares. Por eso es que en el homenaje convocado por la Organización Regional de Pueblos Indígenas de la Amazonía Norte (ORPIAN), realizado en la Curva del Diablo el 5 de junio, con la concurrencia de más de 3 mil personas, entre campesinos, estudiantes, awajunas, wampis, entre otros, se abrazaron Felipe Bazán, el padre del mayor PNP Felipe Bazán Soles -el policía que desapareció hace un año-, y Pizango, como dos hermanos que saben que hay desgarramientos íntimos y profundo que los une.
Porque no puede haber un Perú descoyuntado en dos: el primero, oficial, castellanizado, moderno, que utiliza internet y celular, el segundo, marginal, dialectal, retrasado, que sólo utiliza, flecha y lampa. Esta no es la democracia sustantiva que nos enseñaron Porras Barrenechea, Basadre, Haya de la Torre.
Y el primer gesto que debe hacer el gobierno es el de promulgar la Ley de Consulta a los Pueblos Indígenas y una Ley de Amnistía a favor de ciudadanos, indígenas, ronderos, campesinos, comuneros que en la actualidad están siendo procesados en el Poder Judicial y otros son perseguidos por las autoridades.
En consecuencia, hay una lección que aprender. Hagamos la conciliación y la paz. Este es el momento de dar confianza. Enfrentemos el reto de derrotar a la pobreza y a la corrupción reconociendo que en los más humildes de los pueblos hay dignidad y fortalezas locales que hay que potencia e impulsar.
Gracias.
Lima,08 de junio, 2010.
POR QUIÉN NO VOTARÉ
16:24 | Publicado por
Walter Mauricio Robles Rosales |
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POR QUIÉN NO VOTARÉ
Por Walter Robles Rosales
El escenario político peruano se ha remecido ante la irrupción de Ollanta Humala, quien encabeza la preferencia electoral para esta primera ronda eleccionaria del 10 de abril frente a los candidatos como Keiko Fujimori, el “cholo “ Toledo, PPKuczynki y Castañeda, los cuales se vienen disputando el ingreso a la segunda vuelta. Los observadores políticos comentan que un posible escenario entre Ollanta y Keiko, sin opción de una escogencia “racional,” sería mortal para la democracia. Más grato sería una confrontación entre Ollanta y cualesquiera de los otros, que en orden de prioridad serían Castañeda, Keiko, PPK y Toledo.
Los peruanos estamos atentos ante este hecho que se ha convertido en una película de suspenso al estilo de Alfred Hitchcok. Yo debo definir mi voto. Y después de analizar cada uno de esos escenarios y sus actores, afirmo por quién no votaría.
No votaría en el orden de las encuestas de quien tiene menos presencia a más preferencia:
No votaría por Castañeda porque como Alcalde de la más importante municipalidad del país, nunca dialogó ni escuchó a los vecinos que fueron afectados por la construcción de sus puentes, pistas, parques y avenidas. La chapa de “mudo” no es gratuita, obedece al mutis sistemático de un alcalde que como primera autoridad vecinal, hizo importantes obras que han modernizado Lima, pero poco o nada hizo por la seguridad ciudadana. Hoy en Lima, la pandilla es dueña y señora de las calles de los distritos, el delincuente trepa los muros de tu casa, ingresa a tu departamento que cuenta con guachimán y grabadora, irrumpe en las tiendas de concurrencia masiva, los marcas te arrebatan la vida por unos cuantos dólares. Zozobra y temor restañan los dientes todos los días. Como Presidente de la República , el estilo de gobernar sin dialogar sería catastrófico. Su gobernabilidad se resquebrajaría ante los conflictos sociales que la Defensoría del Pueblo ha anunciado.
No votaría por Keiko no sólo porque arrastra el activo y el pasivo del gobierno de su padre, sino porque entre sus técnicos, figuran los arquitectos del golpe de Estado de 5 de abril y los actores más mediáticos de un gobierno autocrático que corrompió a incautos funcionarios y congresistas. Nada ni nadie, a pesar de que pueda jurar y rejurar, nos garantiza un régimen ampliamente democrático. Y Keiko, identificándose plenamente con el gobierno fujimontesinista, exhibe orgullosa y cínicamente lo bueno, pero encubre los asesinatos, el narcotráfico y la venta de armas de quienes tuvieron responsabilidad de Estado.
No votaría por PPK, que no tiene nada de outsider ni de casto en política, al contrario es un viejo camaleón. Su paso por el aparato de poder es continuo y permanente. Su actividad privada ha estado vinculada estrechamente con responsabilidades gubernamentales. A veces como actor en primera fila, siendo ministro de energía y minas, de economía, presidente del Consejo de Ministros en los años 2001, 2004, 2005, o detrás de bambalinas, actuando como lobby, representante o asesor de poderosas transnacionales de la finanzas y banca de inversiones, muchas de las cuales, sostienen a los gobiernos en sus políticas perversas cuyos objetivos nunca fueron resolver problemas básicos como el de la educación, salubridad, empleo, vivienda, etc. El lobbysta pretende hacer un último servicio a sus patrones norteamericanos a los que tanto debe y jamás traicionaría. PPK es el típico candidato de los ricos, por los ricos y para los ricos.
No votaría por Toledo, de hábito y estilo bien norteamericano, personaje de confianza de la derecha financiera internacional y peruana, de las clases angurrientas de poder y satisfechas de bienestar. Y que ante tanta mediocridad de gobiernos, aparece como el más sabio de los gobernantes por haber logrado un clima de paz y estabilidad económica, con crecimiento sostenido. Pero lo que no se dice, sólo en voz baja, es que la tan mentada bonanza fue porque durante su gobierno nuestros minerales como el oro, la plata, el cobre, el zinc, repuntaron en los precios del mercado internacional. Toledo tuvo que no hacer nada, sólo dejar que el carro del gobierno se maneje con piloto automático. Y por supuesto nada chorreó, pero ni migajas, mientras que los grupos de poder interno se apropiaban de nuestros recursos e hiperganancias que las empresas mineras creen irrevisables, aunque la población y sus animales domésticos mueran lentamente bebiendo agua y aspirando aire contaminados, y sus tierras se conviertan en páramos infértiles, con el agravante de ser un mentiroso empedernido y dúctil a presiones que malean su personalidad volátil y contradictoria.
No votaría por Ollanta, porque no creo en su modelo político y económico que pretende imponernos al más puro estilo chavista, con cierre de diarios críticos, silencio y persecución de políticos opositores, referéndum para convocar a un nueva Constitución y Asamblea Constituyente en una cancha sin contendores calificados por que éstos han sido exiliados, encarcelados o fugados. Sus promesas no piensa cumplirlas en el marco de un Estado de derecho constitucional. Esa vía no es muy grata para su autoritarismo, del cual no ha hecho un deslinde categórico. Votar por el buen soldado, para conducir al país respetando los derechos fundamentales, es parte de una propaganda falaz. Además, sería negarse a sí mismo. Hoy se ha convertido en el reciclador de los viejos marxistas, leninistas, y demás expertos en la subversión y en el lío regional. Ha despertado desconfianzas. A quién le creo: al Ollanta del Plan de Gobierno, registrado en el JNE o al Ollanta de una mera declaración pletórica de oportunismo.
Finalmente, huelga decir lo siguiente: Quien más pierde en este proceso electoral es el Partido Aprista, porque es increíble que siendo el primer partido político peruano por su organización, la calidad de sus cuadros dirigenciales, masiva militancia y , porque en la coyuntura, debió haber cosechado los “éxitos” del gobierno aprista. No puede ser que el Partido de Haya de la Torre no dispute la presidencia de la república, ceda espacios en el próximo Congreso a la derecha más cavernaria de América Latina y al fracasado zurdismo vocinglero y se conforme sólo con pasar la valla del 5 % . Lástima, su debacle electoral es la prueba indubitable de una crisis interna que viene desde cuando el Gran Partido del Pueblo declinó ser el fiscal y contralor de un Poder Ejecutivo de angurria neoliberal.
En conclusión, mi voto no será en blanco sino nulo de toda nulidad en esta primera jornada. Salvo que en la segunda vuelta renazca la inteligencia y madurez que reclama el país.
Lima, 08 de abril de 2010.
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