Soy Walter Mauricio Robles Rosales, abogado peruano, Profesor Principal de la Facultad de Derecho y Ciencia Política de la UNFV, especializado en Derecho Constitucional y Ciencia Política en pre grado y en las mestrías y doctorado.
Director de la Escuela Profesional de Derecho de la UNFV desde enero del 2011 hasta la actualidad. En este Blog, usted podrá encontrar artículos, ensayos y trabajos de investigación sobre Derecho Constitucional, Derechos Humanos, Derecho Administrativo, Ciencia Política, Conciliación, entre otros. Mediante esta página web pongo a disposición de todas las personas mis trabajos, asi como los comentarios de análisis político que realizo a través de diferentes medios de comunicación y eventos académicos que se llevan a cabo en mi país.
martes, 26 de enero de 2010

PostHeaderIcon La juventud y su responsabilidad histórica

Hoy martes 26 de enero de 2010 reiniciamos nuestras inquietudes periodísticas en Radio Latina que mi buen amigo Henry Marcos me permite, sin ninguna limitación, salvo las reglas de ética y de los valores que rigen nuestra conducta.

En esta reiniciación merece que hagamos un comentario sobre nuestra juventud. Y cuando hablamos de la juventud, hacemos referencia a la juventud peruana, latinoamericana, cuyos problemas son similares, pero sin dejar de tener en cuenta el contexto de globalización al cual él está muy atento, y es blanco de ideas y propuestas innovadoras, desde la perspectiva de un capitalismo moderno o de un socialismo renovado. O es la cultura mundial que se le presenta con seductoras tecnologías y estilo que lo aproximan a cualquier país o a cualquier sociedad por muy lejana que aparentemente esté.

El joven peruano, sobre todo el urbano, es un joven insertado a la cultura del mundo. El joven pegado a la computadora ve desfilar ante sus ojos imágenes y escuchar sonidos que al principio lo sorprende y le parece extraño, pero que luego van a formar parte de su acervo conceptual de las cosas, de la sociedad del mundo.

En el Informe elaborado por el PNUD “Los jóvenes en el Perú: la democracia imaginada” (2008) se confirma que el joven urbano se halla en la intersección de dos grandes esferas, la educación y el trabajo. Pero para el joven de la selva y de la sierra, ambas esferas son bastantes cerradas y de insuficiente oportunidad. Sus aspiraciones se dan entre la escuela básica y las tareas agrícolas. No hay opciones que escoger. Pero también en las grandes ciudades como Lima, Arequipa, Ayacucho, entre otras, encontramos niñas, niños y adolescentes, en situación de calle, con el agravante de que desde los 13 años de edad el niño se inicia con el consumo de drogas. Miren uds. CEDRO, en un estudio realizado con 1572 escolares de Lima, entre 15 a 19 años de edad, que tienen problemas con el uso y abuso de drogas, arrojó que el 54% de ellos consume marihuana y que el 20,4% de los estudiantes consigue esta y otras sustancias ilícitas en su propio centro educativo o en los alrededores.

Es cierto que la mayoría de la juventud va constatando carencias y necesidades que lo inquieta, los más inconformes emigran a la periferia de las ciudades, y van recreando su contexto cultural, su visión del mundo, definiendo una forma de comportamiento y de expresión marginal que va rompiendo tradicionales esquemas, y que luego penetran a otro segmentos sociales, renovando el viejo sistema.

En el Perú, la mayoría de la población joven es pobre. Por ejemplo, en el Informe “Invertir en la adolescencia y juventud en el Perú: oportunidades y desafíos” publicado por la ONU, en un valioso estudio realizado por la Población de las Naciones Unidad, PNUD, nos presenta conclusiones que aún siguen vigentes:



1.La pobreza en el adolescente de 10 a 14 años alcanza el 62% superior a la del país, que está en el 52%.
2.En las zonas más pobres se ha incrementado la pobreza de la gente joven.
3.Los jóvenes y adolescentes constituyen alrededor del 30% de la población del Perú.
4.En algunos departamentos de la selva (Amazonas, Ucayali) el porcentaje de mujeres jóvenes sin DNI supera el 20%, y entre los menores de 18 años los niños y adolescentes carecen de partida de nacimiento en un orden cercano al 10%.
5.Invertir en salud reproductiva disminuye los embarazos precoces y no deseados, el VIH SIDA, la violencia sexual y familiar, el subempleo y mano de obra no calificada.
6.Los efectos de esa problemática recaen no sólo sobre los adolescentes y jóvenes, sino también sobre sus familias y comunidades, tornándolas más pobres.
7.La tasa de embarazos en adolescentes ha descendido menos que en los otros grupos poblacionales.
8.El embarazo adolescente, si bien ha descendido a nivel nacional se ha incrementado en la zona de la selva: del 26% al 29%. Es decir, casi 1 de cada 3 mujeres de la selva ya son madres o están embarazadas antes de alcanzar los 20 años.
9.El embarazo adolescente tiene efectos en la transmisión intergeneracional de la pobreza.
10.Existen documentadas intervenciones con alto costo-beneficio en salud reproductiva y para enfrentar otros problemas de salud, con elevadas tasas de retorno.

La pobreza en el Perú tiene el rostro del niño y del adolescente.

En el Perú, el niño que nace pobre, generalmente es pobre, vive como pobre y muere como pobre. Los casos de un niño pobre que asciende a niveles de mejores condiciones de vida, son pocos. Son actos heroicos. Y no es que la pobreza sea una herencia genética como se creía antes. Hoy en día existen importantes estudios científicos que demuestran que “somos lo que somos no sólo por los genes que heredamos sino por el ambiente que heredamos”.

Hace poco, la UNICEF publicó el Informe “El estado de la niñez en el Perú”, en el cual nos explica que el estado de la pobreza se inicia con el estado de salud y nutrición de la madre embarazada, y continúa con la insuficiente atención y cuidado con los que ella cuenta para satisfacer sus propias necesidades de supervivencia y bienestar. De modo que la nutrición, la salud y la estimulación temprana son factores críticos para medir la calidad del ambiente en el cual el niño se gesta, nace, crece y desarrolla su potencial. Si estos factores son negativos tendrán, entonces, una influencia desfavorable para el niño: se presentan retardos en su crecimiento y desarrollo.

Esos retardos se ponen en evidencia en la baja estatura. Pero esto es sólo lo exterior, porque existen otros retardos en su desarrollo que pueden ser psicomotores y cognoscitivos que vienen acompañados por dificultades en el aprendizaje, el lenguaje, la percepción del mundo, el rendimiento escolar, la productividad en la vida adulta, el control emocional y la adaptación social al medio. Y si esos factores son negativos entonces se reducen las oportunidades en la vida futura del niño, que a menudo son irreversibles. Muchas veces, se convierten en un ciclo vicioso que se hereda de generación en generación, en el largo plazo.

Cuando hablamos de crecimiento, nos referimos al incremento del peso y la talla. Y por desarrollo, la maduración de las funciones del cerebro y sus órganos vitales. Este crecimiento y desarrollo temprano ocurren durante la gestación y los 3 primeros años de vida, los cuales son críticos, porque durante ese lapso es cuando el cerebro se forma y madura a su máxima velocidad. Siendo el cerebro el eje central del desarrollo del niño, las condiciones del ambiente intrauterino y del entorno familiar después del nacimiento determinan el potencial de capacidades que éste tendrá en su vida futura como individuo y como miembro de la sociedad a la cual pertenece.

Esto explica el estado de la niñez y de la adolescencia en el Perú, donde hay 6.5 millones de niños pobres, situación que no se debe a hechos recientes, sino que es consecuencia de una acumulación histórica de carencias económicas y barreras sociales que han impedido una juventud más desarrollada.

Entonces ¿cómo romper ese círculo vicioso que convierte a la pobreza en una herencia generacional ? El Estado y los gobiernos en el Perú deben disponer en su Presupuesto una mayor inversión en la madre y el niño; no puede ser que al sector educación se le asigne el 2,8% siendo la meta a alcanzar al 6.0% del PBI; se debe diseñar y ejecutar enérgicas políticas públicas que tengan como centro de desarrollo al niño y al adolescente. De lo que se haga en el sector educación y salud es clave para superar barreras ominosas de analfabetismo y hambre.

Es bueno difundir que el 5 de diciembre de 2009, en el Día Internacional del Voluntariado, la Secretaría Nacional de la Juventud (SENAJU) con el apoyo del PNUD, a través del Programas de Voluntarios de las Naciones Unidas (VNU) acordó iniciar en enero de 2010 un Programa de “Jóvenes Voluntarios”.

En este Programa se debe captar a jóvenes de 15 a 29 años de edad para apoyar con nuevas energías y talento, acciones de lucha contra la pobreza. Esta es una manera de incorporar a los jóvenes a trabajar solidariamente con los sectores más pobres de su país. Así como es bueno, incorporar a los jóvenes al quehacer político dándole responsabilidades de gobierno, para que aprecien en toda su dimensión los valores y mecanismos democráticos. Ahora queremos que los jóvenes se incorporen a la vida educativa, económica y productiva.

Cómo vemos es ardua la labor del Estado central, pero también debe ser preocupación de los gobiernos regionales, particularmente el de Lima Provincias y de los gobiernos locales que no deben soslayar este reto. Este es un tema prioritario en la agenda de todo Estado de derecho, y por lo tanto, es responsabilidad de todos los partidos políticos, la sociedad civil, sector privado, padres de familia, proponer fórmulas y ejecutar medidas de participación en la buena voluntad de construcción de una sociedad más humana.

No debemos olvidar que el Estado peruano forma parte de la Convención sobre los Derechos del Niño desde 1990, y son muchas de sus Recomendaciones de las 76 que se deben cumplir. Y eso lo sabe muy bien el gobierno central, y es por eso que el objetivo más importante que se ha propuesta es reducir la pobreza. Sin embargo hay que ponerle más énfasis a esta tarea.

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